Siete décadas, 70 años de vida eclesial encarnada en el mundo obrero y del trabajo. Porque si algo ha querido ser la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) es vida cristiana eclesial en medio de la realidad sufriente del mundo obrero y del trabajo. Como escribió Rovirosa, nuestro primer militante, “la lucha de la HOAC se encamina, en primer lugar, a que todo obrero recobre la conciencia de su dignidad de hombre y de obrero a la luz de Cristo”. “No se enciende la lámpara para taparla con un vasija de barro” (Mt 5,15). La HOAC (año 1946) no podía ser para recluirla en los escondites de las sacristías o en las cúpulas de los templos, ni para encerrarla en los espacios sagrados. Tampoco podía ser un aire tan, tan puro que rehuyera toda contaminación humana como si la confrontación con el mundo perjudicara sus intereses.
Este proyecto, con ya setenta años de vida, era imposible que se aposentara en los torreones amurallados de los bien-pensantes del orden en medio de tanto desorden. Mucho menos era imaginable que este patrimonio de los pobres se lo apropiaran otros para realizar sus beneficencias. Por el contrario, “la lámpara se pone sobre el candelero para que alumbre a todos los que están en la casa” (Mt 5,15). Entonces y solo entonces, cuando el Evangelio baja a la calle, al obrero y al bullicio de la gente es cuando es lo que debe ser: luz. El Evangelio empieza a cumplir su misión en el mismo momento que toma posesión de lo que le pertenece por naturaleza: la intemperie de la vida. El mensaje entrelazado entre la vida y la muerte, la palabra derramada a lo ancho y a lo largo de las relaciones sociales y obreras, el militante bajado a las arenas movedizas del trabajo y de la lucha… era y es la HOAC.
En la Diócesis de Granada está presente la HOAC casi desde sus comienzos. Nuestra presencia militante, apenas sin hacer ruido, como el grano de mostaza y la levadura del Evangelio, ha empapado y sigue empapando de dignidad evangélica la realidad, a veces tan difícil, del mundo obrero de muchos barrios y pueblos granadinos. Estuvimos y estamos, codo a codo, en las angustias, luchas y esperanzas de nuestros compañeros y compañeras de trabajo.
Nuestra gratitud quiere mirar al presente y al futuro y transformarse en respuesta decidida y reafirmada de continuidad con ese servicio y esa vida encarnada. “Ahora más que nunca” es el lema que Rovirosa adoptó en unos momentos difíciles y de profunda experiencia de la propia debilidad, poniendo toda su confianza en Dios.
Hoy el mundo obrero y del trabajo cercano y lejano sufre una situación difícil, con tantas personas y familias privadas de trabajo digno, despojadas de sus derechos más básicos y que no pueden vivir y ser con la debida dignidad. La idolatría del dinero devora personas y demuele la dignidad del trabajo. Hoy más que nunca es fundamental el empeño por afirmar la dignidad del trabajo y luchar por el trabajo digno. Ahora más que nunca el mundo obrero y del trabajo, y por extensión el conjunto de nuestra sociedad, necesitan de la pastoral obrera de toda la Iglesia, a cuyo servicio quiere seguir entregándose la HOAC desde su identidad de Acción Católica.
Antonio Hernández Carrillo
Consiliario Hoac de Andalucia
Publicado en el Ideal de Granada 6/11/16
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