Una vez más hemos denunciado la situación de paro, precariedad que viven tantos trabadores/as y sus familias. Situaciones de injusticia que atentan contra la dignidad de las personas y su proceso de humanizacion. Junto a la comunidad parroquial de la Virgen de los Dolores y en el marco de la celebración de la Eucaristía nos hemos comprometido a transformar la realidad social y laboral para que el mundo se organice y también el mundo del trabajo más conforme al plan de Dios. La misericordia y el Amor de Dios que acoge especialmente a los empobrecidos nos lleva a acompañar a las personas que sufren estas situaciones y ser portadores de la esperanza que nos trae Jesucristo.
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