"SIEMPRE ES VIERNES SANTO"
Hoy celebramos el Viernes Santo. Es una de las celebraciones de mayor raigambre y de más hondo contenido. Y por aquí, por el sur, y a nivel popular, es la celebración central de la Semana Santa, cuando se organizan solemnes procesiones y las calles se llenan de gente.
Para los cristianos el Viernes Santo es, sin duda, un día señero, pues recordamos la pasión y muerte de Jesucristo en la cruz. Jesucristo se hace solidario con los hombres sufrientes, pues, al no poder quitarles sus cruces de dolor, El se hace uno de ellos y carga con su cruz para dar al hombre un horizonte de esperanza. Recordamos además la inmensa injusticia que se cometió con Jesús, al condenar a muerte al gran Inocente.
Es por ello el Viernes Santo símbolo del dolor humano y de toda injusticia, la cual es la fuente principal del sufrimiento de los hombres. En nuestra sociedad hay mucho dolor inevitable, como es la enfermedad; pero hay más sufrimiento evitable, fruto de la injusticia y la maldad, y por eso sería evitable.
Veo con frecuencia a una mujer, cuyos ojos manifiestan una tristeza infinita; indagué y me dijeron que es la madre de un chico que va en silla de ruedas de por vida, víctima de un accidente. Para esta madre siempre es VIERNES SANTO. .
Para los cristianos el Viernes Santo es, sin duda, un día señero, pues recordamos la pasión y muerte de Jesucristo en la cruz. Jesucristo se hace solidario con los hombres sufrientes, pues, al no poder quitarles sus cruces de dolor, El se hace uno de ellos y carga con su cruz para dar al hombre un horizonte de esperanza. Recordamos además la inmensa injusticia que se cometió con Jesús, al condenar a muerte al gran Inocente.
Es por ello el Viernes Santo símbolo del dolor humano y de toda injusticia, la cual es la fuente principal del sufrimiento de los hombres. En nuestra sociedad hay mucho dolor inevitable, como es la enfermedad; pero hay más sufrimiento evitable, fruto de la injusticia y la maldad, y por eso sería evitable.
Veo con frecuencia a una mujer, cuyos ojos manifiestan una tristeza infinita; indagué y me dijeron que es la madre de un chico que va en silla de ruedas de por vida, víctima de un accidente. Para esta madre siempre es VIERNES SANTO. .
Como lo es para tantas madres, víctimas de la injusticia, que tienen que pasar por el calvario de tener que decir a sus hijos pequeños “Hoy no hay leche, mi vida!”
Como lo es para todas las víctimas de la gran injusticia del paro, que no pueden sostener a su familia, ni desarrollar sus cualidades, ni sentirse útiles en la sociedad.
Como lo es para los emigrantes de las pateras, que arriesgan sus vidas en un mar bravío y luego se encuentran recluidos , para ser devueltos a sus países de origen.
O para los emigrantes que quedan colgados en la valla, a la vista del paraíso, entrevisto en sus sueños.
O para los pueblos del tercer mundo, explotados y saqueados por el primer mundo.
O para los padres de familia, desahuciados de sus casas ellos y sus hijos, echados a la calle por no poder hacer frente a la hipoteca, al estar en paro o en un trabajo precario.
O para quienes tienen un trabajo indigno, al que deben supeditar su vida familiar y social, si no quieren verse en paro forzoso.
Todos los días son VIERNES SANTO para aquellos hombres y mujeres, atados a una cama o a una silla de ruedas, dependientes plenamente de otros.
Como lo es para todas las víctimas de la gran injusticia del paro, que no pueden sostener a su familia, ni desarrollar sus cualidades, ni sentirse útiles en la sociedad.
Como lo es para los emigrantes de las pateras, que arriesgan sus vidas en un mar bravío y luego se encuentran recluidos , para ser devueltos a sus países de origen.
O para los emigrantes que quedan colgados en la valla, a la vista del paraíso, entrevisto en sus sueños.
O para los pueblos del tercer mundo, explotados y saqueados por el primer mundo.
O para los padres de familia, desahuciados de sus casas ellos y sus hijos, echados a la calle por no poder hacer frente a la hipoteca, al estar en paro o en un trabajo precario.
O para quienes tienen un trabajo indigno, al que deben supeditar su vida familiar y social, si no quieren verse en paro forzoso.
Todos los días son VIERNES SANTO para aquellos hombres y mujeres, atados a una cama o a una silla de ruedas, dependientes plenamente de otros.
Cuánto sufrimiento hay en este mundo y cuánta injusticia, fuente de sufrimiento!. La Semana Santa no dura una semana; para millones de personas es una semana interminable, una Semana Santa permanente.
Con estos millones de personas Jesucristo se hizo solidario y se abrazó a la cruz y a su condena injusta, y así es como nos da a los humanos una esperanza. Porque la Semana Santa no termina el Viernes Santo con la cruz y la muerte. La Semana Santa termina el Domingo de Resurrección. Y eso nos garantiza que la última palabra sobre el hombre sufriente no la va a tener la cruz ni la muerte; sino que la última palabra sobre el hombre la tiene la VIDA; la última palabra sobre el hombre la tiene el AMOR. Hemos nacido para vivir y para amar, y hacia eso vamos.
Pero ese camino lo tenemos que hacer entre todos. Es decir, que toda persona de buena voluntad, sea o no creyente en Jesucristo, debe luchar por hacer una sociedad más humana; debe luchar por que haya menos sufrimiento y menos cruces; debe luchar contra toda injusticia, que es la fuente del sufrimiento evitable, el cual es la mayor cantidad de todo el sufrimiento que padecen los hombres. Toda persona de buena voluntad debe luchar por que amanezca triunfante el DOMIGO DE RESURRECCION
Ignacio Peláez Pizarro
(Publicado el 03-Abr-15. Ideal de Granada)
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