Para la Hermandad Obrera de Acción Católica el Día de la HOAC es una celebración anual en la que queremos compartir con la ciudadanía y con la comunidad eclesial la realidad actual del mundo obrero y del trabajo. Este año lo hacemos bajo el lema: Ante una democracia rota, otra política es posible desde la comunión.
La realidad que vivimos no deja duda. La manera en cómo organizamos nuestra vida social no tiene al ser humano como centro de la misma. La consecuencia es evidente: los hombres y las mujeres del mundo del trabajo, especialmente las personas y las familias más débiles y excluidas, son las víctimas. El no reconocimiento de sus derechos sociales y su empobrecimiento son un fracaso de la política y una negación práctica de Dios. Nuestra sociedad se hace injusta e indecente, se deshumaniza.
Desde el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia queremos discernir qué está ocurriendo con la vida social y la acción política que, lejos de responder a las necesidades de toda la persona y de todas las personas, las está empobreciendo y deshumanizando. Y, en concreto, queremos reflexionar sobre si nuestro sistema político está contribuyendo a una vida social a la altura del ser humano. Además, queremos anunciar que desde el Evangelio sí es posible construir otra vida social y otra política que haga posible que la persona sea lo primero. Eso supone orientar nuestras vidas, personal y socialmente, y la actividad política desde las necesidades de los empobrecidos, desde la comunión.
Para salir de la situación actual en que nos encontramos, necesitamos que la política esté orientada por la comunión, es decir, la fraternidad debe presidir toda la construcción de la vida social: familia, empresa, finanzas, política, acción sindical…
En este sentido, una vida social donde se materialice e institucionalice esa orientación requiere:
- Promover una democracia plena y participativa que nos ayude a construir un proyecto de convivencia en y desde la fraternidad.
- Construir la vida social mediante un nuevo modelo de desarrollo y de economía basada en la comunión. Para construir este nuevo modelo de desarrollo y de economía “es fundamental e imprescindible, además, la estructuración ética de los mercados monetarios, financieros y comerciales; estos han de ser estabilizados y mejor coordinados y controlados, de modo que no se cause daño a los pobres”. (Mensaje de Benedicto XVI, 46º Jornada Mundial de la Paz. 1 de enero de 2013).
- Defender el trabajo decente como camino de transformación social. “…A este bien corresponde un deber y un derecho que exigen nuevas y valientes políticas de trabajo para todos.”(Idem.)
- Una comunidad política al servicio del bien común y un Estado como garante de la prioridad de la persona y de todos sus derechos.
- Una vertebración y organización de la sociedad civil, en la que las organizaciones políticas, sindicales y sociales deben jugar un papel fundamental.
LA COMISIÓN PERMANENTE DE LA HOAC
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