El Arzobispado de Granada prevé poner en marcha el próximo otoño el proyecto que está desarrollando bajo el nombre de "Tierras Vivas", por el que pondrá tierras de su propiedad a disposición de personas desempleadas y familias sin recursos para que las cultiven y recolecten sus frutos a fin de garantizar su propia subsistencia.
La iniciativa surgió a raíz de la huelga de hambre que durante 19 días realizaron tres desempleados y miembros de la Asociación de Parados de Casería de Montijo para reclamar que las administraciones públicas garanticen el acceso a la alimentación, sanidad y educación básicas a las familias sin ningún tipo de ingreso.
Los tres parados levantaron la protesta después de que la Diócesis les propusiera este proyecto, con el que se quiere contribuir a aliviar las "consecuencias del desempleo masivo" y que estará abierto a la cooperación de todas las instituciones eclesiásticas, civiles, así como personas que lo deseen, según informa en un comunicado la institución religiosa.
El anteproyecto en el que está trabajando "intensamente" el Arzobispado, apuesta por una forma de cultivo que produzca una agricultura ecológica de excelencia y que sea lo menos dependiente posible de maquinaria y de "combustibles fósiles". El objetivo es que los parados puedan subsistir con el cultivo de las tierras y, si fuera posible, comercializar también los productos.
Asimismo, el proyecto --que se desarrollará en colaboración con Cáritas y su red de parroquias-- pretende promocionar formas alternativas, "más humanas y sostenibles" de producción y comercialización local, así como fomentar nuevos hábitos de consumo, incluyendo un cultivo basado en la sobriedad y la preferencia de lo artesano frente a lo manufacturado, así como por lo próximo frente a lo proveniente de lugares lejanos.
También se prevé desarrollar "en la medida de lo posible" instrumentos y actividades complementarias para llevar a cabo la actividad agrícola, tanto de formación como respecto al envase, a la conserva, la comercialización, la distribución de los productos o la constitución de cooperativas de productores.
"Con esta iniciativa y en el actual contexto de dificultades económicas para miles de familias, la Iglesia de Granada trata de poner en obra algunos principios fundamentales de la enseñanza social de la Iglesia, así como promover la creación o la reconstrucción de unas comunidades humanas fraternas y solidarias "y lo suficientemente bellas como para facilitar o hacer posible el crecimiento humano y moral de todas las personas implicadas", señala la nota de prensa.
Fuente: europapress.es
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