La
actual crisis socio-económica está golpeando duramente a cantidad de individuos
y familias. Con seguridad que tú y yo, amigo lector, conocemos casos así:
personas que han ido al paro, con todo el trauma que eso origina; padres de
familia que han perdido su pequeña empresa, o han tenido que cerrar su negocio,
con las repercusiones tan negativas que eso tiene para toda la familia.
Porque quien trabaja no es un ser solitario y aislado; sino que
normalmente está ligado a una familia,
a la que se debe y con la que hace su vida.
Toda persona tiene derecho y obligación a
hacer su vida y, como normalmente la vida se hace en familia, todo ser humano tiene derecho a formar una
familia y, una vez formada, tiene obligación y derecho a mantenerla, cuidarla y desarrollarla.
En esa tarea, la persona se ve realizada
de manera plena y feliz. Por lo que las condiciones laborales de todo
trabajador deben ser tales que, no sólo
no dificulten su vida familiar, sino
que la posibiliten.
Con lo que conseguiremos que la persona,
sintiéndose realizada en su vida familiar, se sienta también a gusto en su
trabajo. Pues la persona debe ser el centro de toda la vida social.
Como
todos los días uno (en Granada) y primeros viernes (en Motril) de los meses de este curso os invitamos a
unirnos a nosotros para reflexionar y reivindicar juntos los Derechos Familiares de las Personas y los Derechos Sociales de las Familias contenidos en la CARTA EUROPEA PARA LAS FAMILIAS promovida por el Movimiento Europeo de Trabajadores Cristianos (MTCE) y que hoy mas que nunca consideramos esenciales preservar.
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