¿POR QUÉ NO SE REBAJAN ELLOS EL SUELDO?
A partir de febrero próximo, el Gobierno de Zapatero va a quitar los 426 € que ahora da a los parados de larga duración.
A este respecto, he recibido un correo con la grabación de un parado de Canarias, el cual hace una llamada a Luís del Olmo en su programa “Protagonistas” de Punto Radio. Este señor habla, clama, con lágrimas de rabia, desesperación e impotencia, diciendo que le van a quitar los 426 € que es lo único que tiene y entonces pregunta: “¿Por qué no le rebajan la paga de 146.000 € a Teresa Fernández de la Vega y a otros?”, “yo no tengo nada para vivir”, “que tengo que ir cada noche a rebuscar en la basura para comer”, “yo lo que quiero es trabajar”, “no tengo nada”, “de qué vivo?”, “toda la vida trabajando y ahora no tengo nada”, “¿de qué vivo, de qué?”… Un grito desgarrador, escalofriante, pues este hombre tiene toda la razón del mundo.
¿Por qué no le rebajan el sueldo a todos los ministros, secretarios, subsecretarios, directores, subdirectores y a toda la caterva de jefes y subjefes? ¿por qué no le rebajan el sueldo a todos los diputados, a todos los políticos del color que sean?.
Sólo con esta medida no tendrían que quitarles los 426 € de miseria a los parados que nada tienen; incluso podrían darles el doble.
Este parado de Canarias ha dado en el clavo, en medio de su desesperación y angustia. Pero aquí les quitan 426 € a los que nada tienen y les dan miles de millones a los Bancos. Y luego hablamos de “socialismo”, “de interés nacional”, “de los intereses del pueblo”, y de otra serie de palabras grandilocuentes, que suenan a monserga y engañabobos.
La crisis la sufren los de siempre y la pagan los mismos: los pobres, los de abajo, los don-nadie. Como este parado de Canarias, que a sus 55 años se encuentra con una mano atrás y otra delante.
Esta injusticia social clama al cielo y su clamor debe llegar a los oídos de todos los que nos tenemos por ciudadanos normales, por bien-nacidos. Y más aún si somos creyentes en el Dios que se hizo Hombre en Navidad para poner justicia donde hubiera injusticias, paz donde hubiera enfrentamientos, perdón donde hubiera deseos de venganza, amor donde hubiera fría indiferencia.
¿Por qué no se rebajan ellos el sueldo?. Debería levantarse un clamor popular que empujara en esta dirección y se dejara oír en todo el país.
Pero no podemos quedarnos ahí; eso sería muy fácil. Hay que seguir preguntándose, ya que “el preguntar es la piedad del pensar” y plantearnos lo siguiente: ¿y por qué no comparto más yo? ¿y tú, y tú?... Podemos vivir con menos y hasta vivir mejor así, pues de esa manera podremos compartir más. Seguro que todos nosotros desearíamos una sociedad más humana, en la que se viviera en justicia y en paz; una sociedad en la que todo niño se criara con abundancia de pan, de cariño y de escuela; un mundo en el que toda persona se sintiera acogida, escuchada; en el que todo trabajador tuviera trabajo digno y se respetaran sus derechos; una sociedad con igualdad real de derechos y de oportunidades; una sociedad de la que se erradicara toda clase de violencia, en la que el hombre no fuera enemigo del hombre.
Esto aún es un sueño hermoso; pero si tú y yo y el otro nos empeñáramos, lo conseguiríamos. Para ello nos hace falta lo siguiente: austeridad, que significa vivir con menos para poder compartir más; y para ello es necesario sentir la solidaridad.
Y ya han salido las tres palabras clave para superar de modo definitivo esta crisis y cualquier otra: solidaridad, austeridad y compartir.
A este respecto, he recibido un correo con la grabación de un parado de Canarias, el cual hace una llamada a Luís del Olmo en su programa “Protagonistas” de Punto Radio. Este señor habla, clama, con lágrimas de rabia, desesperación e impotencia, diciendo que le van a quitar los 426 € que es lo único que tiene y entonces pregunta: “¿Por qué no le rebajan la paga de 146.000 € a Teresa Fernández de la Vega y a otros?”, “yo no tengo nada para vivir”, “que tengo que ir cada noche a rebuscar en la basura para comer”, “yo lo que quiero es trabajar”, “no tengo nada”, “de qué vivo?”, “toda la vida trabajando y ahora no tengo nada”, “¿de qué vivo, de qué?”… Un grito desgarrador, escalofriante, pues este hombre tiene toda la razón del mundo.
¿Por qué no le rebajan el sueldo a todos los ministros, secretarios, subsecretarios, directores, subdirectores y a toda la caterva de jefes y subjefes? ¿por qué no le rebajan el sueldo a todos los diputados, a todos los políticos del color que sean?.
Sólo con esta medida no tendrían que quitarles los 426 € de miseria a los parados que nada tienen; incluso podrían darles el doble.
Los políticos están ahí para solucionar problemas, no para crear problemas; y según una encuesta reciente, los políticos son ellos mismos el problema, el tercer problema en orden de importancia.
Este parado de Canarias ha dado en el clavo, en medio de su desesperación y angustia. Pero aquí les quitan 426 € a los que nada tienen y les dan miles de millones a los Bancos. Y luego hablamos de “socialismo”, “de interés nacional”, “de los intereses del pueblo”
La crisis la sufren los de siempre y la pagan los mismos: los pobres, los de abajo, los don-nadie. Como este parado de Canarias, que a sus 55 años se encuentra con una mano atrás y otra delante.
Esta injusticia social clama al cielo y su clamor debe llegar a los oídos de todos los que nos tenemos por ciudadanos normales, por bien-nacidos. Y más aún si somos creyentes en el Dios que se hizo Hombre en Navidad para poner justicia donde hubiera injusticias, paz donde hubiera enfrentamientos, perdón donde hubiera deseos de venganza, amor donde hubiera fría indiferencia.
¿Por qué no se rebajan ellos el sueldo?. Debería levantarse un clamor popular que empujara en esta dirección y se dejara oír en todo el país.
Pero no podemos quedarnos ahí; eso sería muy fácil. Hay que seguir preguntándose, ya que “el preguntar es la piedad del pensar” y plantearnos lo siguiente: ¿y por qué no comparto más yo? ¿y tú, y tú?... Podemos vivir con menos y hasta vivir mejor así, pues de esa manera podremos compartir más. Seguro que todos nosotros desearíamos una sociedad más humana, en la que se viviera en justicia y en paz; una sociedad en la que todo niño se criara con abundancia de pan, de cariño y de escuela; un mundo en el que toda persona se sintiera acogida, escuchada; en el que todo trabajador tuviera trabajo digno y se respetaran sus derechos; una sociedad con igualdad real de derechos y de oportunidades; una sociedad de la que se erradicara toda clase de violencia, en la que el hombre no fuera enemigo del hombre.
Esto aún es un sueño hermoso; pero si tú y yo y el otro nos empeñáramos, lo conseguiríamos. Para ello nos hace falta lo siguiente: austeridad, que significa vivir con menos para poder compartir más; y para ello es necesario sentir la solidaridad.
Y ya han salido las tres palabras clave para superar de modo definitivo esta crisis y cualquier otra: solidaridad, austeridad y compartir.
Ignacio Peláez Pizarro. 30-12-10
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