Han pasado 29 años y persiste su rabiosa actualidad.
El 14 de Septiembre del año 81 Juan Pablo II
firmaba la que posiblemente haya sido su encíclica
mas polémica, la «Laborem Exercens», que motivó la
publicación de un libro con el sugerente título «¿Está Dios
contra la economía?: Carta a Juan Pablo II». ...
... La encíclica señala que la pobreza tiene una raíz estructural
(LE 8) y que el trabajo, la confrontación entre capital
y trabajo, sigue siendo la clave de la cuestión social (LE 3).
Son muchos los criterios que se proponen para humanizar
el trabajo, destacamos dos: La prioridad del trabajo sobre
el capital (LE 12), prioridad que es efectiva en la medida
que el capital está al servicio del trabajo; de donde se desprende,
segundo criterio, que el derecho de propiedad no
es absoluto, está limitado por el destino universal de los
bienes y por el derecho a la propiedad de todos (LE 14). El
derecho de propiedad pierde su legitimidad cuando no sirve
al bien común y cuando impide que todos los seres humanos
y sus familias posean lo necesario para tener una
vida digna. De estos criterios se deducen unos derechos
cuya defensa deben asumir los sindicatos. ...
... Creemos que la Iglesia hemos perdido una buena ocasión
para hacer oír con más fuerza la voz peculiar, genuina
y única que constituye nuestra doctrina social, para decirle
a todos que Dios no está contra la economía, es la
economía la que está contra Dios porque está contra la
persona. ...
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