Ya todo está a punto.
El Redentor llega
temblando de frío
por los desamores.
Se abriga con pajas
y aliento de bueyes;
lo adoran pastores
que ofrendan sencillos
humildes regalos.
Mantequilla, queso
y algunos vellones
de blancos corderos.
Qué humilde y sencilla María.
Qué recio se muestra José.
Qué revoluciones
va a traer el Niño
nacido en humilde
portal de Belén:
Esperanza plena,
Amor infinito,
Ternura inocente,
Paz y mucho Amor.
Es hombre y es...Dios.
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