----A veces da la impresión de que para algunos sectores de la Iglesia la tarea de los cristianos es defenderse de los ataques que el secularismo dirige contra la fe cristiana. Pero puede ser que el problema esté en otro sitio: nuestra sociedad ha renunciado a modificar las raíces de este sistema injusto y ha sustituido la lucha por la justicia por la adaptación de las personas a las exigencias del sistema de producción y consumo con el reconocimiento de una serie de derechos individuales y por la defensa de una libertad entendida como capacidad de elegir, cambiar o desechar con la eliminación de límites para realizar el propio interés. Ahí está el problema y está la tarea de la Iglesia: desenmascarar el gran error de la lucha por la libertad sólo individual y apoyar toda iniciativa a favor de la lucha por la justicia y de la solidaridad con los empobrecidos desde la fidelidad al Evangelio y a la Doctrina Social de la propia Iglesia. ...
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